Respetable pastor:
No hay nada más hermoso y a la vez incomprensible para la mente humana como el hecho que Jesùs es un transformador por excelencia...
Y se supones que lo mismo debemos hacer nosotros con la gente que està a nuestro alrededor. Por algo Èl dijo: "...y enseñenles todas las cosas que yo les he enseñado..."
Aquì està el meollo del asunto. No estamos enseñando lo que Jesùs enseñò. Los mandamientos. Se supone que quien dio las tablas de la ley en Sinaí fue el Señor. Se supone que quien dio las instrucciones en todo el Antiguo Testamento fue el Señor. Se supone que todo lo que hemos leìdo, aprendido y visto en el Nuevo Testamento es del Señor... Entonces hay suficiente material para enseñar que el Señor enseñò... No veo por què entonces enseñamos lo que nuestra denominación dice...o quiere. Con esto, señores, estamos invalidando, como los fariseos y escribas, la Ley de Dios.
Por eso no somos agentes transformadores de gentes. No estamos transformando nuestra sociedad. No estamos transformando a los hombres y mujeres que se congregan bajo nuestros púlpitos. Y, lo peor:
Nosotros, los pastores no estamos siendo transformados tampoco... Triste pero real...
¿Què encontró haciendo Jesùs a Pedro cuando lo vio en la playa? Pescando. ¿En què lo transformó en tres años y medio? En pescador de hombres. ¿Cómo? Con su sola Palabra.
¿Què encontró haciendo el Señor a Mateo? Cobrando impuestos. ¿Como lo transformó? Con su Palabra.
¿Como estaba Natanael cuando su hermano lo encontró bajo la higuera? Pensando en Sòfocles, Esopo, Cicerón y otros sabios griegos. ¿ Cómo lo dejó Jesùs despuès de su partida? Hecho todo un apóstol .. ¿Como lo logró? Con su Palabra.
Yo no sè en que trabajaba o trabaja usted, querido pastor. Lo que sì sè es que si el Señor se ha cruzado en su camino y usted ha creído en Èl, usted debe haber sido transformado en otro hombre. El Poder del Espíritu Santo debe haber efectuado en usted algún cambio. Tiene que ser asì, a menos que ese Poder no se haya manifestado en su vida... usted seguirà siendo el mismo. Pero espero que no...
Que ahora que lo vean en la calle, ya no digan: "Ahí va el zapatero..." o "ahi va el panadero", o "¿què tal... ahí va el adúltero? " O quizá: "Ahí va el pegador de mujeres?" Tal vez sea esto: "Ahí va el que no paga sus deudas..."
Si usted es un hombre lleno del Poder del Señor a traves del Espíritu Santo... sè que deben decir: "Ahí va el pastor". "Ahí va el hombre de Dios" "Ahí va el ungido del Señor..."
¿Cual de los adjetivos le parece mejor entonces...? Si yo no busco ser transformado por ese Poder que transformó a Pedro, Mateo, Natanael, Felipe y todos los demás... seguirán llamàndome "ahí va el militarote ese..." Pero depende de mì. Y depende de usted, querido hermano o respetable hermana...
Cambios, cambios, cambios, esa es nuestra meta, eso no nos gusta, pues implica dejar nuestra zona de comodidad... Muchas gracias Pastor, por dejarnos este recordatorio: Cambios es lo que el Señor espera de nosotros, en nosotros mismos...
ResponderEliminar