jueves, 23 de mayo de 2013

PORQUE DEL SACERDOTE...

Pastor querido:
Esta cita no es mía  Es del Señor dicha a traves del profeta Malaquìas... "Porque del sacerdote el pueblo espera oìr la ley, porque mensajero es de Dios".

Pero... ¿Estamos siendo verdaderos mensajeros de Dios? ¿O estamos siendo mensajeros de nuestra denominación?  ¿De nuestros títulos?  ¿De nuestra teología?  ¿De lo que, -si, es cierto-, allí dice así  pero yo opino que...?

Debemos tener mucho cuidado con lo que enseñamos al pueblo. Ese pueblo no es nuestro. Es de Dios. Èl pagò con su Sangre el precio de nuestras vidas. Nosotros no hemos derramado ni una gota de sudor por las ovejas que el Señor nos ha encargado. Todo lo ha hecho Èl, por Èl y para Èl...

Es más  Jehovà también es nuestro pastor. En ese renglón nosotros también somos ovejas de su prado... pero mientras Èl no decida otra cosa, somos sus mensajeros. Mensajeros de Jehovà, no portavoces de un movimiento religioso ni social. No somos motivadores. No somos mensajeros de la bolsa de valores. Somos mensajeros de quienes el pueblo espera oìr la Ley de Dios, no nuestras leyes legalistas (valga la redundancia), o humanismo...

Hoy estamos presenciando caos en la Iglesia de Cristo. Modas, música  desfiles de reinas y muchas cosas más para tener entretenidos a los fieles que llegan a los templos a que se les enseñe como salir del pecado, como vivir en santidad, como tratar bien a sus cónyuges  como evitar que más hijos de evangélicos se enrolen en las pandillas.  Pero se les está enseñando como hacer dinero. Como comprar más casas y más carros, en vez de enseñarles cómo vivir más para su Señor...

Si el Señor nos ha investido con Su Poder, con Su Manto de Sacerdocio  si nos ha encargado, como dijo Pablo, el ministerio de la Palabra, hagamos lo que nos toca. Dar Su Palabra. Pura. Sin mezclas. Sin temores. Sin miedo a los ricos. Sin miedo a los que se creen grandes... El Unico grande es Jesùs.

Como escribió Wilkerson:

Amado, si este mensaje no te agrada, si te irrita y te fastidia aunque sea un poco, quizás debas hacer lo que yo he estado haciendo últimamente. Enciérrate con Dios, día tras día y pide al Espíritu Santo que encienda la santa linterna de búsqueda de Dios en tu alma. Sé totalmente honesto con Dios. Pronto descubrirás, como lo hice yo, cuánto tiempo has desperdiciado, cuántos deseos y gustos tontos te han paralizado y caerás sobre tu rostro delante de un Dios santo, confesando la frialdad y el vacío en tu corazón.
Si haces esto con un corazón honesto, comenzarás a agradecer a Dios por haber aguijoneado tu conciencia y por haberte movido a correr una carrera diferente.
Santos de Dios, muy pronto nuestro Señor vendrá de las nubes en gloria para llevarse a Su novia, una novia sin mancha ni arruga. Una novia purificada de codicia, orgullo y ambición humana.
¿Deberíamos gastar nuestras horas finales en la Tierra poniendo dinero en sacos rotos? ¡No, gracias! Yo sólo estoy de paso. Ya no quiero que más raíces me retengan. Gracias a Dios por las cosas buenas que me ha dado, mi familia, una linda casa, una movilidad moderna, pero ahora, cada día, preparo mi corazón para apartarse de todo ¡para poder ser abrazado por los brazos de mi Salvador! 



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