jueves, 27 de marzo de 2014

EL "YO SOY..."

Estamos presenciando la apostasìa de grandes hombres que fueron favorecidos por Dios para presentar su Mensaje de Salvaciòn, Santidad y prosperidad...

Algo està pasando entre los pastores a nivel mundial. Se està perdiendo la pureza de la Palabra que antes predicaban por entrar en contubernio con lìderes tambièn mundiales que no se que les estàn ofreciendo para apostatar de la Verdad.

Debemos poner nuestras barbas en remojo. No sea que tambièn nosotros seamos tentados por los negocios del mundo para alejarnos de nuestro llamamiento celestial, un llamado a servir al Señor de señores y Rey de reyes. Hoy màs que nunca debemos tener comuniòn ìntima con el Espìritu Santo quien es quien nos guìa a la Verdad que es Jesucristo...

Juan el Bautista fue interrogado varias veces acerca de su función en el mundo. La pregunta tentadora que le hicieron fue: "¿Eres tù el Mesìas? Esta pregunta implicaba grandes cosas. Primera: Juan tenìa un perfil que lo hacìà candidato a parecer el Ungido de Dios. Su mensaje era contundente. Su forma de vida era impresionante. Su vocabulario era inconfundiblemente profètico. Su valor y arrojo para hablarle a los ricos y poderosos de su tiempo era retador... Solo faltaba que èl confirmara si era o no el Mesìas esperado por el pueblo de Israel.

Sin embargo su respuesta fue: "No. Yo no soy. Yo solamente soy la voz que clama en el desierto..." Años después confirmò su respuesta cuando Jesùs aparece en escena. "Èl es -dijo- sìganlo a Èl..."

Hubo otro que tambièn tenìa un alto perfil. Era cuidador de los tesoros de Dios. El encargado de la alabanza en el Cielo. Era uno del grupo ìntimo de Dios y su  hombre de confianza... Èl tambièn indudablemente escuchò la misma pregunta. No se la hicieron ni los judìos ni los romanos. Se la hizo èl mismo. "¿Por què no puedo ser como el Altìsimo? ¿Què me falta para ser como Èl?" y despuès quizà de mucha meditaciòn tomò una decisión y declarò lo que serìa su epitafio final: "Yo sèrè como Dios, me sentarè en el Trono y me harè semejante al Altìsimo..."

Quiso ser "El Gran Yo Soy". Y el "Gran Yo Soy" solo es Uno. Ya lo dice el Shemà: "Oye Israel, Jehovà Uno es".

Creo que eso es lo que estàn escuchando muchos ministros que antes fueron ìntimos amigos de Dios y ahora se estàn yendo por el camino equivocado. Mucho conocimiento. Muchos tìtulos. Muchos diplomas. Muchos aplausos. Muchos hoteles de cinco estrellas. Muchas membresìas para jugar al golf con los ricos de la colonia. Al igual que Salomòn: mucho dinero, muchos caballos y muchas mujeres...

Pastores: Cuidado. Estamos en los tiempos en que los ofrecimientos de los poderosos de este mundo estàn buscando a los pastores genuinos para avergonzar el Reino de Dios y poder exclamar: "Otro que se une a la unidad mundial de iglesias..." No es por allì, caballeros, no es por allí...