sábado, 13 de julio de 2013

SNOWDEN...

¡Què revuelo el que està causando este americano ex empleado de los Servicios de Inteligencia de Estados Unidos!

Lo hemos visto en la tele todos los dìas. Los paìses contrarios a Norteamèrica lo quieren cobijar como un gesto de venganza. Otros le han negado la entrada a sus fronteras para evitarse problemas diplomàticos. El hombre està solo en un aeropuerto de Moscù...

Mientras tanto, el mundo observa como este delgado norteamericano ha revuelto el rìo de la diplomacia mundial...

Pero... ¿Què lo hace tan notorio?

La traiciòn a su paìs.

Y eso es lo que le duele a la Casa Blanca y al Pentàgono. No fue tanto lo que descubriò, no les duele tanto que haya revelado secretos a los demàs... lo que duele y quieren castigar sus exjefes es la traiciòn...

¿Què tiene la traiciòn que duele tanto? Bueno, simple. El traidor vive entre nosotros. Se le sirve la cena como uno màs de los dignos de confianza. Se le abren las puertas de la informaciòn. Se le confìan secretos de estado y se le tiene como un igual. El traidor es un asesino no de cuerpos pero sì de corazones. Traiciona la amistad. Traiciona el caràcter. Traiciona la pureza de pensamiento. El traidor no merece vivir. Por eso quien traiciona a la Patria se le condena a muerte. Eso lo sabemos los militares. Consejo de guerra y al paredòn. Un soldado que traiciona su paìs serà infiel donde quiera que vaya...

Eso es lo que le duele a los gringos. No que haya revelado lo que todos sabemos. Lo que duele fue que traicionò la confianza. Abusò de su posiciòn. Tocò con manos sucias lo que se le habìa confiado. Eso es doloroso. Por eso el presidente Obama lo necesita. Para juzgarlo por traidor. Lo demàs tiene explicaciòn, pero no el hecho.

Bien. Como no soy polìtico sino pastor y consejero debo enfocarme en lo que me toca. Pero Snowden me sirve como un claro ejemplo de otro tipo de traidor... y es el que duerme con su mujer una noche y al dìa siguiente se va con su amante. Este traidor tambièn provoca un inmenso dolor en el corazòn de su esposa que està confiada en su aparente fidelidad. El hombre que se va tras la mujer ajena y abandona a la mujer de su juventud traiciona sus votos que una vez hizo ante un juez o altar. Traiciona la fe de sus hijos. Traiciona la fe de su familia y amigos. El que traiciona a su cònyuge, sea hombre o mujer no puede ser feliz en ningùn lugar. Siempre vivirà aislado, solitario en algùn aeropuerto de soledad como Snowden que no puede salir hasta que alguien le de asilo.

Traicionar al cònyuge es tan feo como lo que hizo este hombre. Traicionar los besos que recibiò. Traicionar los brazos que lo cobijaron cuando lo necesitò. Traicionar la fe de su pareja que està confiado esperando en casa.

Si al Sr. Obama le duele lo que hizo este hombre, si a la esposa le duele lo que le hace el esposo, imaginemos lo que le duele al Señor cuando lo traicionamos y nos vamos tras Baal...

Lo que duele entonces no es tanto lo que hizo el espìa de la CIA sino quien lo hizo... Lo mismo aplica para nosotros y el Señor... Pensemoslo bien, pastores...

1 comentario:

  1. ¡Excelente enseñanza! la comparto con mis hermanos de la red. Saludos

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