El Señor es exigente, que no nos quepa duda. A veces predicamos de un Señor que es tolerante con el pecador, que es tolerante con el necesitado, que es bueno, amor, ternura y muchas cosas tiernas... Y, claro, es muy cierto. Èl es todo eso y mucho más... Pero hay algo que le disgusta mucho:
La pereza...
Mateo 25:30 nos cuenta una parábola que utilizó el Maestro para enseñarnos lo que para Èl es la pereza. Es algo que aborrece. Le caen mal los haraganes. Los aprovechados, los que se dejan mantener por sus esposas, los que, en lugar de ocuparse de proveer para su casa le compran una plancha y un tambo de gas a su esposa para que venda pupusas y los mantengan... "en el ministerio".
Lamento tener que tocar esta llaga pero alguien tiene que hacerlo.
Hay muchos pastores asì. Perezosos. Solo se dedican a predicar, andar de casa en casa "visitando" a las ovejas y esperando la hora del almuerzo para ver en què hogar se les da su ración de comida mientras en su propio hogar su esposa tiene que ver què hace para que haya pan en la mesa de sus hijos. Jesùs tiene una palabra para ellos... Sin embargo celebro a aquellos pastores que cuidan su ministerio, que no se aprovechan de sus ovejas, que no hacen "largas oraciones", celebro a aquellos que con corazòn sincero se retiran antes que pongan la mesa para que no lo incluyan, que dependen de Dios solamente.
Bendigo a mis padres que me inculcaron desde pequeño la cultura por el trabajo duro. No porque necesitaban dinero solamente, sino porque sin saberlo quizá me estaban preparando para aprender a dar lo mejor de mi. Hoy, con un ministerio al Cuerpo de Cristo tengo el privilegio de regar la semilla, predicando su Palabra incansablemente, escribo dos blogs diarios, atiendo ciertas necesidades físicas de mi casa, atiendo a algunas parejas para buscarle solución a sus problemas por turnos sin descuidar mi propia vida devocional en las madrugadas. No espero aplausos, solo hago lo que se me ha ordenado. Pero trato de hacerlo bien, lo mejor que pueda...
Sigamos con la paràbola...
"...Pero cuando el maestro llegó al tercer siervo y vio que no había hecho nada con el dinero que le había dado, le dijo al siervo: "... Tú sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí; Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con usura ". Dos siervos salieron premiados. Dos rindieron buenas cuentas. Dos se esmeraron en hacer las cosas como el Señor pidiò y esperò que se hicieran...
Es obvio que este tercer siervo no ignoraba las expectativas del maestro. Él sabía que el maestro espera aumento de él. De hecho, le dijo: "Tú sabías." Esto significa que el tercer siervo no podía pretender ser ignorante. Él sabía que el maestro espera que haga algo significativo con lo que había sido encomendado.
Este maestro no aceptaría ninguna excusa para la falta de aumentar sus bienes. No importa lo difícil de la situación, ¿cuántas probabilidades estaban en contra de sus siervos, y lo imposible que parecía, pero el maestro todavía esperaba un aumento. Sus siervos entendieron que esta era su expectativa. Así pues, el siervo que no hizo nada con su talento se encontró en una situación horrible.
Su señor le llamó, "Siervo malo y negligente" (Mateo 25:26). Como si esto no fuera suficientemente malo, en Mateo 25:30, su señor lo llamó "el siervo inútil." Estas palabras expresan el sentimiento personal de Jesús hacia las personas que poseen un gran potencial, pero nunca lo desarrollan debido a la pereza. Y segùn la historia, el siervo inútil fue duramente castigado...
Pastor: No se queme. No sea el pastor orquesta. No se adueñe de todo el sistema religioso que usted ostenta, pero tampoco se duerma en sus laureles. El Señor espera de usted y de mi algo más que una simple oración espera acción Espera aumento de frutos. Espera que crezcamos no solo en cantidad sino también en calidad de servicio... Huya de la conformidad. Huya de la mediocridad. Huya de la pereza... a Dios no le agradan los perezosos.
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