viernes, 18 de octubre de 2013

SEAMOS PARED...

Me contaron esta historia:
Una niña quedò atrapada en un acantilado de unos diez metros de altura. No tenìa valor para continuar su asenso a la cima de la montaña que estaban subiendo junto a sus compañeros de colegio.

Los demàs continuaron su camino para buscar ayuda y que la fueran a rescatar... Cuando los rescatistas llegaron a donde ella estaba, no habìa lugar para otra persona en el saliente, asì que el especialista se colgò de unas cuerdas y extendiendo sus brazos, le pidiò a la niña que se lanzara al vacìo de unos cincuenta centìmetros entre ella y èl... Ella tenìa mucho miedo al ver el espacio que la separaba del hombre... Sin embargo, èl, para darle ànimos, le dijo unas palabras: Soy una pared. Piensa en eso y lànzate a mis brazos...

La niña pensò en eso y se abandonò a la promesa del rescatista... Cerrò los ojos y se lanzò a lo que sucediera. Y el hombre cumpliò su promesa... Funcionò como una pared...

Me viene esto a la mente porque mi mentor, amigo  y pastor està pasando por un momento en que necesita de una pared... Tiene su salud en juego y en la saliente donde se encuentra no caben dos personas... Solo èl y su fè. Todos los demàs que queramos ayudarlo no podemos. Y no podemos porque por màs que queramos vivir su dolor y su malestar fìsico no podemos.

A lo màs que podemos llegar es colgarnos de nuestra fe y decirle las mismas palabras: "Aquì estoy para tì. Soy una pared. Recuèstate en mi fe. Recuèstate en los brazos de mi amistad y mi cariño..."

Tuve la oportunidad de visitarlo y, en silencio, hacerle saber que para èl en esa visita fui una pared para sostenerlo, orar juntos y rogarle al Creador que le sanara sus heridas... Y funcionò. Pude ser esa pared en donde mi amigo se pudo recostar por unos momentos...

Cuàntos pastores no tienen una "pared" donde recostarse.  Cuando llega la crisis no tienen una pared que los sostenga, que los anime o levante. Què doloroso debe ser estar solo. Sin un pastor que ore por èl, sin una mano que se ponga sobre la suya para interceder por su necesidad, sin un par de ojos que le hagan llegar un pequeño mensaje de esperanza...

Las paredes no hablan. Solo estàn allì para sostener un techo. Para enmarcar una ventana por donde pasa el tiempo y transcurren historias... Las paredes son silenciosos testigos de historias de dolor, de llanto y quebrantamiento. Por eso dice el dicho: "Si las paredes hablaran..."

Pastores: necesitamos ser pared para alguien. Alguien està llorando en silencio la falta de su esposa. La falta de la hija que se fue de la casa. La falta de recursos financieros para llevar pan a la mesa de sus hijos. Las paredes oyen pero no hablan. Solo estàn allì para dar fuerzas, para empujar hacia arriba, para sostener, para dar calor y cariño...

Jesùs es Pared por excelencia... Hecha sobre Mi tus cargas, nos dijo, y Èl nos darà descanso... Pero tambièn necesitamos otras paredes que sientan como nosotros los pastores...

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