miércoles, 13 de noviembre de 2013

LECCION DE HUMILDAD

Cuando Jacob viene de regreso a su tierra, la Biblia nos cuenta que se apartò solo a un arroyo a meditar en todo lo que ha vivido y en còmo se puede enfrentar a su hermano Esaù que està al otro lado del territorio, supuestamente para cobrar venganza por lo que sucediò entre ambos hacìa varios años atràs... De pronto un àngel empezò a luchar con èl. En medio de la refriega el àngel le pregunta a Jacob su nombre. Usted conoce el resto. Se lo cambia por Israel... Y lo bendice...
Inmediatamente despuès, Jacob hace la misma pregunta: Dime tu nombre, le dice al àngel... Pero éste respondió displicentemente “¿Por qué preguntas por mi nombre?”. Sin embargo esto no fue por falta de buenos modales, ¡sino todo lo contrario!, la verdad es que él no quiso adjudicarse ningún mérito por la bendición, él quiso dejar en claro desde un principio que toda la bendición que Jacob había recibido provenía directamente de Dios y que él era sólo un humilde enviado.
De hecho, el Talmud enseña que a los ángeles en general no les gusta revelar su nombre, para no recibir una corona que no les corresponde, ya que las personas podrían llegar a confundirse y decir “el ángel fulano me hizo un milagro”, como si el milagro realmente lo hubiera hecho él, y esto obviamente no es verdad, ya que el ángel es solamente un enviado de Dios que cumple la misión que le han asignado. En realidad, la verdadera intención del ángel fue decirle lo siguiente:
“De qué te sirve saber mi nombre si yo soy sólo un enviado, el poder y la fuerza son exclusivamente de Dios, y si llamas por mi nombre cuando tengas algún problema yo no podré responderte ni tampoco salvarte de tu sufrimiento, de hecho, ahora te he bendecido sólo porque me lo han ordenado”. De esta manera, podemos aprender de los ángeles una increíble lección de humildad, y es que cada vez que ayudamos a alguien, o cada vez que logramos algo, siempre debemos recordar y reconocer que nuestro poder y nuestra fuerza provienen exclusivamente de Dios, y que nosotros somos sólo humildes enviados.
Pastores: Nada hemos hecho sino lo que nos han ordenado. Jesùs lo recomendò cuando nos dejò dicho: Cuando hayan hecho todo lo que se les pide, digan: siervos inútiles somos porque solo hemos hecho lo que nos ordenaron... Tristemente muchos de nosotros somos amantes de los bombos y platillos cuando hacemos algo por alguien: Nos tomamos fotos para la prensa. Llamamos a los medios de la TV para publicar nuestras "hazañas", publicamos en twiter y en Facebook nuestros logros y hacemos toda una halaraca de lo que Dios nos mandò a hacer... Hedonismo. Orgullo. Presunción... 
Creo que esta historia del àngel de Jehovà que cambiò para siempre la historia de un hombre y una naciòn debe servirnos para imitar lo que es bueno: Darle la Gloria solo al que la merece: Jesùs...

No hay comentarios:

Publicar un comentario