miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA PRESION GENERA DIFERENCIA...

Israel no cuenta con muchos mantos acuíferos. Y necesitaban hacer algo para mantener húmedos sus campos de cultivo. ¿Què hicieron? Inventaron el riego por goteo. Ahora ese sistema se utiliza en muchos paìses para ahorrar el agua... La presión les obligò a buscar alternativas para salir adelante...

Estamos viviendo una època en la cual el hedonismo y el sistema de vida placentero ha alcanzado a muchos pastores.  Pastores que buscan como enriquecerse a costa de sus congregaciones. Pastores que buscan como hacerse un nombre en medio de la sociedad.  Pastores que buscan como competir con otros para alcanzar sus propias metas. Pastores que estàn levantando sus propios reinos y no el Reino de Dios. Pastores que estàn cambiando esposa. Pastores que se estàn endeudando con los sistemas financieros con tal de tener lo que tiene el otro...

Eso genera presión.

Presión por ser diferente. Necesitamos ese tipo de ministros para vernos en sus espejos y buscar una soluciòn para el Reino de  Dios que està siendo tan devaluado en nuestros tiempos... La presión que eso genera es que deben haber pastores diferentes. Pastores que no busquen las cosas de la tierra sino las del cielo, como dijo Pablo.

Si no tuvièramos ese tipo de presión, no se notarán los verdaderos siervos de Dios. Los que quieran vivir como Jesùs. ¡Alto! no hablo del Jesùs pobre y sin un centavo como enseñan algunos. Estoy hablando del Jesùs de los Evangelios. Un Jesùs Santo. Un Jesùs que vino a darnos el ejemplo de como vivir en la tierra obedeciendo las leyes del Cielo... Mi reino no es de este mundo, nos dijo. Y ese es el reto. Y la presión a la que estamos siendo sometidos es esa precisamente: No permitir que nos engulla la ola de èxito humano que està buscando la mayorìa. Megaiglesias. Megatemplos. Megaradios. MegaTV. Pastores que se estàn haciendo liposucciòn para mantenerse en forma. Inyectàndose botox y pintandose las canas, cuando èstas, precisamente, son la honra de la vejez...

Asì como Israel se vio sometido a la presión de buscar una forma de regar sus plantíos, asì nosotros tenemos que buscar la forma de mantenernos dentro del marco que Jesùs nos vino a enseñar. Si decís que sois mis discípulos -dijo- haced lo que yo os he madado...

Y, queridos pastores, Èl no nos mandò a ser exitosos. No nos mandò a buscar la grandeza social, no nos mandò a cambiar esposa cuando la primera se puso achacosa y entrada en años. No nos mandò a llenar de sillas el templo hasta el ùltimo rincòn. No nos mandò a hacer censos del pueblo. No  nos mandò a poner artistas en el pùlpito. No nos mandò a hacer fiestas de cumpleaños en la Iglesia. No nos mandò a celebrar el dìa de esto o de aquello...

Nos mandò solo una cosa: Sed santos, porque yo soy Santo.

Asì que gracias a los pastores que buscan las cosas de la tierra, que se estàn divorciando, que se estàn llenando de amigos del mundo, porque eso me genera presión para no hacer lo mismo sino hacer lo que mi Maestro me mandò... Gracias pastores, gracias...

sábado, 16 de noviembre de 2013

LOS ESCOGIDOS

Cirugía plástica. Cambio de nariz. Estiramiento de piel en la cara. Esconder pedazos de piel en la barbilla. Partirse la barbilla. Depilarse las cejas. Esconder la papada...
Todo esto para parecer lo que no se es.
Pero no es solo eso. Tambièn hacerse un nombre. Levantarse cada mañana pensando en còmo ser màs grande que otros. Como predicar mejor. Como vestir mejor. Como salir mejor en tele... Como ser amigo de polìticos de renombre. Es decir, como colgarse de otros que son màs grandes para salpicarse de esa "grandeza" y salir en la foto...
Esa es la meta de hoy en dìa para muchos pastores. No es nada nuevo. Ya en los tiempos del rey Saùl se conocía esto. Era una costumbre parecer ser lo que no se era. Isaì lo sabìa muy bien... Por eso, cuando Dios le ordenò a Samuel que fuera a buscar al pròximo rey que iba a subir al trono en lugar de Saùl, Isaì le puso enfrente sus mejores tarjetas de presentación...
Y, si Dios no hubiera detenido a Samuel, èste se deja influenciar por lo que estaba viendo: hombres grandes, corpulentos, finamente moldeados como guerreros. Soberbios y arrogantes. Bueno, tenían la pinta de todo buen pastor educado y bien entrenado para presentarse ante el pùlpito o las cámaras de TV. Los hijos que Isaì estaba presentando ante el enviado de Dios para ungirlo como pròximo rey de Israel tenían todo. Bueno, todo lo que un enviado podìa desear tener como gobernante. Pero no para Dios. A Dios no le impresionó en nada Isaì cuando le presentò sus candidatos. Èl se lo dijo a Samuel:
Dijo Dios a Samuel: ‘No mires su figura, ni lo elevado de su estatura, porque lo he desechado, pues Jehovà no ve lo que ve la persona, porque la persona ve con los ojos, pero Jehovà mira el corazón’" Samuel I, 16:7. Y lògicamente, llegò la famosa pregunta: ¿Tienes otros hijos...? Y la respuesta nos da material para largo: "Sì, hay otro que està cuidando el rebaño". Es decir, ni tiene pinta de guerrero, ni es alto ni fornido, tampoco es estudiado en teologìa, tampoco ha cursado estudios en el instituto teológico, no tiene licenciaturas ni mucho menos doctorados. Asì, que Samuel, el que falta no nos hace falta. Empecemos porque el colochito que falta no creo que te interese...

Y allì estuvo el error de Isaì. Cierto, posiblemente no le interesaba a Samuel... pero sì le interesaba al Señor. Como usted. No tenìa "pinta" de pastor o lìder. No era versado en teologìa. No tenìa licenciaturas ni doctorados. No tenìa carisma. Sus padres le dijeron que como no conseguía trabajo para ganarse la vida, que se metiera por lo menos, a pastor. O el primo que se fue a los USA y que le ha ido "bien" le manda una pequeña limosna para que se sostenga usted y sus hijos porque, como "el pobrecito es pastor, hay que ayudarlo..." O, como me dijo una señora hace unos años: "Es que los siervos del Señor tienen que sufrir". Yo renuncié a esa maldición por supuesto, pero asì es como ven a David los otros...
A pesar del hecho de que David no tenìa un físico tan impresionante, sí tenía lo que hacía falta para ser el fuerte líder que Israel necesitaba...Esto nos enseña una lección muy importante sobre cómo se supone que debemos juzgar a las personas. Vivimos en un mundo muy superficial. Somos juzgados en base a la apariencia, y es por eso que la cirugía plástica y el verse eternamente joven son cosas tan importantes. Jesùs dice que la verdadera grandeza de la persona no es medida por la apariencia externa; la verdadera grandeza reside en el alma.

Es allì donde debemos poner los ojos... No en los anillos de oro o el tipo de carro que manejan los otros... O el tipo de amistades con quienes se codean. Es en el alma...

miércoles, 13 de noviembre de 2013

LECCION DE HUMILDAD

Cuando Jacob viene de regreso a su tierra, la Biblia nos cuenta que se apartò solo a un arroyo a meditar en todo lo que ha vivido y en còmo se puede enfrentar a su hermano Esaù que està al otro lado del territorio, supuestamente para cobrar venganza por lo que sucediò entre ambos hacìa varios años atràs... De pronto un àngel empezò a luchar con èl. En medio de la refriega el àngel le pregunta a Jacob su nombre. Usted conoce el resto. Se lo cambia por Israel... Y lo bendice...
Inmediatamente despuès, Jacob hace la misma pregunta: Dime tu nombre, le dice al àngel... Pero éste respondió displicentemente “¿Por qué preguntas por mi nombre?”. Sin embargo esto no fue por falta de buenos modales, ¡sino todo lo contrario!, la verdad es que él no quiso adjudicarse ningún mérito por la bendición, él quiso dejar en claro desde un principio que toda la bendición que Jacob había recibido provenía directamente de Dios y que él era sólo un humilde enviado.
De hecho, el Talmud enseña que a los ángeles en general no les gusta revelar su nombre, para no recibir una corona que no les corresponde, ya que las personas podrían llegar a confundirse y decir “el ángel fulano me hizo un milagro”, como si el milagro realmente lo hubiera hecho él, y esto obviamente no es verdad, ya que el ángel es solamente un enviado de Dios que cumple la misión que le han asignado. En realidad, la verdadera intención del ángel fue decirle lo siguiente:
“De qué te sirve saber mi nombre si yo soy sólo un enviado, el poder y la fuerza son exclusivamente de Dios, y si llamas por mi nombre cuando tengas algún problema yo no podré responderte ni tampoco salvarte de tu sufrimiento, de hecho, ahora te he bendecido sólo porque me lo han ordenado”. De esta manera, podemos aprender de los ángeles una increíble lección de humildad, y es que cada vez que ayudamos a alguien, o cada vez que logramos algo, siempre debemos recordar y reconocer que nuestro poder y nuestra fuerza provienen exclusivamente de Dios, y que nosotros somos sólo humildes enviados.
Pastores: Nada hemos hecho sino lo que nos han ordenado. Jesùs lo recomendò cuando nos dejò dicho: Cuando hayan hecho todo lo que se les pide, digan: siervos inútiles somos porque solo hemos hecho lo que nos ordenaron... Tristemente muchos de nosotros somos amantes de los bombos y platillos cuando hacemos algo por alguien: Nos tomamos fotos para la prensa. Llamamos a los medios de la TV para publicar nuestras "hazañas", publicamos en twiter y en Facebook nuestros logros y hacemos toda una halaraca de lo que Dios nos mandò a hacer... Hedonismo. Orgullo. Presunción... 
Creo que esta historia del àngel de Jehovà que cambiò para siempre la historia de un hombre y una naciòn debe servirnos para imitar lo que es bueno: Darle la Gloria solo al que la merece: Jesùs...

lunes, 11 de noviembre de 2013

LO QUE VEMOS... Y LO QUE NO VEMOS

Nuestra vista nos engaña. Y nos engaña porque desconocemos ciertas cosas que pasan en la vida de los hombres y mujeres que estàn escuchando nuestros mensajes dominicales...

La mayorìa de las veces es porque nos engañamos a nosotros mismos. Queremos ver lo que queremos y no lo que debemos... Por ejemplo, ¿quien realmente es el pastor de la congregaciòn donde usted predica? ¿Usted o el Señor Jesùs? Solo esta pregunta bastarìa para poner a pensar a muchos "siervos" que se han adueñado de la Esposa del Cordero hacièndose los importantes, cuando en realidad el Verdadero Pastor ni se nota en los cultos.  ¿A quien se le canta en los servicios de la Iglesia? ¿Al pueblo, al pastor a cargo o al Dueño de la Alabanza yAdoraciòn?  Creo que son buenas preguntas para analizarlas y llegar preparados para el pròximo Domingo... ¿No cree, hermano pastor?

Pero no quiero perder el hilo del tìtulo de mi artìculo de hoy.

No vemos lo que Jesùs ve.  Por eso nos perdemos el privilegio de restaurar tantos matrimonios o tantos hogares. Nos dedicamos mejor a evangelizar a los ya evangelizados pero no nos atrevemos a ir màs adentro de ellos, a otro nivel de enseñanza, a otro nivel de prèdica. Que en realidad es lo que necesita la gente: Restauraciòn. Pero de la verdadera. No solo de dinero. La gente no es solo estòmago. Tambièn son almas, corazones quebrantados, heridos por el pecado. La gente que va a la Iglesia es gente solitaria, abandonada por sus familiares a causa de sus conductas equivocadas o arrastradas por el mal que abunda en nuestra sociedad...

Y somos nosotros los supuestos siervos de Dios los encargados de hacerles volver a sus hogares con una sonrisa en los labios, con una palabra que aliente a sus esposas e hijos a creer en Aquel que es capaz de cambiar al màs vulgar borracho, al màs encarnecido abusador, o al màs asquerosamente poseìdo por el demonio...

Como el hombre que Jesùs encontrò en Gadara.

Comìa basura. Vivìa en el cementerio. Era extremadamente violento. La locura se habìa adueñado de su mente y su razòn. Vivìa solo, sin familia, sin amigos y sin esperanza. Su mundo era un mundo al revés. Rechazado. Marginado. Abandonado. Un paria. Sucio y hediondo. Su olor era el olor de un muerto vivo... Eso era lo que la gente veìa. Cuando alguien se acercaba a su contorno y lo veìa de lejos, un escalofrìo recorría su cuerpo. Daba miedo. La gente veìa un monstruo. Los demàs veìan un salvaje. Todos veìan a un asqueroso y loco y demente...

Jesùs vio un padre de familia. Jesùs vio a un mensajero del evangelio. Jesùs vio un esposo amante y tierno. Jesùs vio a un padre responsable que lucha por sus hijos y que se esfuerza por llevar el pan a su mesa. Jesùs vio un hombre virtuoso y lleno de deseos por superarse... Jesùs vio a un hijo de Dios deformado por el pecado... Jesùs vio la Imagen y Semejanza del Padre arruinada por el abandono y la ausencia de la Verdad...

Todo esto me lo revelan las palabras de Jesùs cuando el hombre quiso ir con èl despuès de haber sido liberado. "No, no puedes venir conmigo. Ve a los tuyos. Ve a tu casa y cuèntales lo que Dios ha hecho en tu vida. Muèstrate a ellos y que vean lo que realmente eres. Que ya no vean lo que vivìa en los cementerios ni en los bares ni en las cantinas ni en los burdeles... Que vean lo que Dios hizo en el vientre de tu madre... Un hombre, no un monstruo" ¡Quien iba a decir que Jesùs vio en mi algo que yo ni siquiera en sueños habìa visto!

sábado, 9 de noviembre de 2013

NO, NO NOS ENGAÑEMOS...

Muchas veces nosotros los pastores juzgamos implacablemente a las ovejas que tenemos bajo nuestro cuidado cuando cometen una infracción. O mejor debo decir pecado...

Se nos olvida que "no hay justo ni aùn uno" dice la Escritura... Pero cuando se trata de cortar a los demàs usamos la misma tijera. Para ellos, pero no para nosotros...

¿Cual es la diferencia entre una persona buena y una mala? El Talmud enseña que una persona buena es la que  cae siete veces pero se vuelve a levantar. Una persona mala es la que cae una sola vez y allì se queda.  Y es esa persona la que muchas veces juzga a los demàs cuando cae y se vuelve a levantar...

¡Què hipòcrita! dice. ¿Como es posible que estè otra vez en la iglesia despuès de lo que hizo? ¿Como es posible que estè predicando despuès del pecadote que cometiò? ¡Què bàrbaro...!

Y es entonces cuando nos engañamos con los demàs... Hay personas como yo, por ejemplo, que luchamos diariamente por no fallarle al Señor. Luchamos con dientes y uñas para no caer en situaciones vergonzosas que nos hunden en la desesperaciòn de haber hecho cosas, como dijo Pablo, que no querìamos hacer.  Juzgue usted cualquier nivel de "cosas" porque si me pongo a hacer una extensa explicaciòn de què son esas "cosas" es la de nunca acabar.

Porque para los pastores es tan difìcil aceptar que somos como el resto de la gente que se sienta en las sillas de nuestras congregaciones. Somos como ellos: dèbiles. Humanos. Polvo. Allì sì cabe la expresiòn: Fuimos cortados con la misma tijera... Pero la hipocresìa campea en todo su esplendor en este precioso gremio pastoral que no aceptamos que caemos en "cositas" que si las hacen los demàs, les caemos encima con todo el peso de la ley... de Dios y la nuestra.

¿Y a nosotros quièn nos juzga? ¿Con què medida nos juzgamos a nosotros mismos? Le invito a leer Proverbios 18:17: "Justo parece el primero que defiende su causa hasta que otro viene y lo examina" ¡Ajà! ¿Quien lo examina a usted, querido compañero pastor? ¿Tiene, para empezar un mentor que lo examine? ¿O quizà deba decir: lo vigile? Porque ya lo dijo Jesùs: "Necio. Quita primero la viga de tu ojo y despuès quitaràs la paja del ajeno"

No. No nos engañemos amados consiervos. Los pastores estamos para enseñar a vivir en santidad pero sabiendo que esa Palabra tiene dos filos: Uno para el que predica y el otro para el que la escucha. Por eso necesitamos nosotros tambièn ser enseñados. Cinco años en un instituto bìblico no bastan para cambiar un corazòn lleno de pecado... Es màs: no alcanzan ochenta años de vida para cambiarlo. Es asunto de dìa a dìa. Caer y levantarse. Caer y levantarse. Como enseñò el perito arquitecto: Prosigo a la meta del supremo llamamiento... Usted sabe bien quièn es quien lo dijo...

domingo, 3 de noviembre de 2013

PADRES...

"Porque aunque tengáis innumerables maestros en Cristo, sin embargo no tenéis muchos padres..." 1 Corintios 4:15

Cuan importante es el papel del padre. Y no solo hablo del padre biológico, tambièn hablo del padre espiritual...

Pastores: Pablo nos enseña que muchas congregaciones carecen de un padre espiritual... Nos hemos dedicado todos o casi todos, a ser maestros. Pero no padres.

Y lo que en realidad necesita la gente que se sienta en las sillas de su congregaciòn es un padre. Maestros hay muchos. Los encuentran en la televisiòn, en la radio y en el internet... Pero un padre solo se encuentra al lado del hijo...

Claro, entiendo que jugar ese papel en la vida de sus miembros, para muchos, es cargoso.  Es mejor dejarles tirado el pasto cuando les predican la Palabra, salir por la puerta de atras del pùlpito, rodeado de guardaespaldas para que nadie les moleste e irse a ver su partido de futbol o atender sus asuntos "màs" importantes, que dedicarles una sonrisa a sus miembros despuès del mensaje. No estoy hablando de la costumbre que tienen en Amèrica los pastores que despuès del mensaje se paran en la puerta a darle la mano a todos. No. Estoy hablando de acercarse a sus miembros y preguntarles què tal les va. Interesarse por ellos. Abrazarlos. Verlos a los ojos. Hacerles ver que usted observa cuando llegan tristes, cuando llegan alegres o con alguna pena... Incluso hacerles notar cuàndo no llegan.

Ser maestro es fàcil. No requiere nada màs que enseñar...

Ser padre es otra cosa. Es saber si sus hijos espirituales estàn cambiando gracias a su mensaje. Es averiguar como va su hogar, como estàn sus hijos, como està el esposo o la esposa... Ser padre es darles de comer a veces hasta en la boca a los màs tiernos. Es bajar del pedestal y volverse como uno de ellos. ¿Acaso no fue eso lo que hizo nuestro Padre Celestial? ¿Acaso Èl no dejò el trono para caminar con sus hijos en las polvorientas calles de su pueblo? ¿Acaso un padre biológico, hablo, por supuesto, de los que son responsables, no se vuelve niño con un niño?

Hoy es domingo. Seguramente serà, en muchas congregaciones como en la mia, dìa de Santa Cena... ¿Que tal si empezamos hoy mismo a practicar la verdadera paternidad? Creo que al Señor le agrada màs que le imitemos como Padre que como maestro...

Lea esto que dice Santiago 3:1: "Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos un juicio más severo". Ser padre es màs fàcil. Si me equivoco se me justifica. Si soy maestro... puedo mandar a alguien al infierno por enseñarle mal... ¿No le parece?

viernes, 1 de noviembre de 2013

CUIDE SU LINAJE...

¿Por qué alguien vendería su primogenitura por un plato de lentejas? Esau la vendió alegremente y luego se justificó a sí mismo alegando que de todas maneras moriría algún día.
Tristemente, este es el mismo razonamiento que nosotros utilizamos cuando nos involucramos en cualquier tipo de comportamiento dañino. Todos vivimos con una lucha interna entre "sentir gratificación inmediata" o "pensar en el futuro". Pero las decisiones sanas sólo pueden ocurrir cuando vivimos con la conciencia de que nuestras decisiones tienen un impacto directo en nuestras vidas. Este "filtro del mañana" es lo que todas nuestras acciones deseables deberían atravesar.
Como pastores de un rebaño encomendado a nuestro cuidado por el Verdadero Pastor, Jesucristo, debemos mantener en mente nuestro futuro. Malas decisiones de hoy van a afectar terriblemente nuestro futuro y el de mucha gente a nuestro alrededor... No lo perdamos de vista. Estamos tan acostumbrados a la gratificaciòn de hoy que no pensamos si habrà un mañana...
El problema con todo esto es que realmente sí existe un mañana, y es precisamente como vives hoy lo que determinará ese mañana. Señalar que conoces a algún pastor que a pesar de su vida disoluta y libertina y que no "le pasa nada",  no te da libertad para vivir de manera irresponsable y sin límites. De hecho, estas historias son las que nos dan verdadero libre albedrío para optar por un camino sano y correcto. Pensar como la mamà de Lemuel: No es de reyes, oh, Lemuel, no es de reyes...
A Esau sólo le importaban sus deseos inmediatos. No había conciencia del mañana. Este tipo de razonamiento es lo que puede llevar a una persona a hacer cualquier tipo de cosa y luego, orgullosa y confiadamente, justificar su comportamiento.
La verdad es que el placer máximo sólo se puede experimentar cuando sacrificamos el "placer a corto plazo" invirtiendo en el futuro y haciendo lo que es correcto. Sacrificar lo que es correcto en aras del placer inmediato finalmente te hará sentir terrible. Y esa es la gran ironía.
Dios estableció un sistema para que crezcamos espiritualmente. Y esto sólo puede ocurrir a través de luchar en contra de las tentaciones y hacer lo que es correcto. De esta manera, la felicidad eterna que poseerás estará en un nivel estratosféricamente más alto que los placeres inmediatos que superaste. Y mientras más puedas hacer esto, más feliz serás. Hoy y mañana.
No te olvides, hermano pastor, que tu conducta està siendo observada desde dos àngulos: En la tierra y en el cielo. Perdòn, corrijo: Desde tres... me faltò el infierno.