En la ciudad de Nueva York hay una red de transporte subterràneo. Es un laberinto de rieles y cuevas a varios metros debajo de la superficie que utilizan como transporte pùblico. Se le llama subway. Hay muchas historias macabras sobre ese tipo de transporte pero tambièn hay una figura muy interesante...
Siempre que visito a mi mamà y voy a New York a darme una vuelta, viajo en subway. Cuando ya estoy en la estaciòn esperando que llegue mi tren, tengo una pequeña curiosidad: Ver al conductor que guìa el tren.
Algo difìcil de ver dado la alta velocidad que manejan esos aparatos. Pasan demasiado ràpido y cuando trato de ver la primera cabina y ver al conductor ya pasaron varios vagones y se me perdiò la oportunidad de ver quièn y como es la persona que dirige ese montòn de vagones...
La gente viaja indiferente a ese dato. No les interesa ver ni saber quièn conduce su tren. Se sientan, abren el dichoso periòdico o se distraen escuchando sus Ipods... Estàn seguros que llegaràn a su estaciòn sin novedad. Alguien està a cargo y ese es su deber: llevarlos a su estaciòn. Punto.
Pero tambièn conozco una estaciòn terrenal que no cree que hay alguien a cargo del tren de su vida: Son los pastores. Conozco pastores que creen que su vagòn està a cargo de ellos. Creen que su ministerio es propio. Que su congregaciòn les pertenece. Que pueden manejar su ministerio como si fuera suyo y no parte de un tren. Todos sabemos que un tren, para que sea tren, tiene que tener una locomotora que lo mueva y varios vagones donde la gente se transporta...
Es ignorancia crasa pensar que yo no necesito una locomotora que me hale. Que me una a otros vagones y me ayude a llegar a mi destino. Sin embargo y con tristeza noto cada vez màs a consiervos que no se pegan a otro vagòn para ayudarse a tomar impulso y llegar a completar su ruta...
Todos somos parte de la vìa. La vìa por donde se mueve el tren. Ninguno de nosotros tiene el mando del tren. Tiene que haber alguien con experiencia, con conocimiento y con suficiente autoridad para saber cuando frenar, cuando acelerar, cuando parar. Es el que està a cargo. Es el responsable de llevarnos a todos a cumplir nuestro propòsito. Somos parte de los rieles. Somos los vagones que llevamos gente al Cielo... o al fracaso...
Busque el tren al que pertenece, mi querido pastor. Un vagòn sin locomotora que lo mueva es un vagòn estacionado. Parado. Sin moviemiento. Oxidado. Hùmedo, sin ventilaciòn, sin vida, sin gente que se mueva de un lugar a otro. Dicho de otra manera: de un nivel a otro. O mejor dicho asì: Su camino no està siendo como la luz de la aurora que van en aumento... Por culpa del vagòn estacionado que no se quiere dejar mover por el Conductor que sabe hacia donde llevarlo...
viernes, 30 de agosto de 2013
jueves, 29 de agosto de 2013
"SED DE UN MISMO SENTIR..."
Hola, hermanos pastores...
Ser pastor no es fàcil...
Bueno, no para aquellos que son realmente pastores. Porque, para vergüenza de la profesiòn lo digo, hay quienes no son pastores. Son arrieros. Un pastor conoce por nombre a sus ovejas. El arriero les pone sobrenombres. Les grita, los insulta y les quita su carne para venderla. Los pastores cuidan el rebaño, lo alimentan y velan por las ovejas. Es cierto, a veces se adueñan de ellas pero llegarà el momento en que el Verdadero Dueño les enseñarà que no es asì. Se lo dijo a Pedro: "Cuida mis corderos"...
Pero decìa màs arriba que ser verdadero pastor tiene sus bemoles. Hay que estudiar ciertas pàginas de sicologìa. Es decir, llegar a conocerlas un poco a fondo para identificarse con ellas. Y eso es empatìa. Sentir lo que el otro siente. No es fàcil pero se logra. Para eso està el ministerio del Espìritu Santo. Èl nos puede ayudar a resolver ese conflicto egoìsta entre el yo y el debo.
Como a mi me gusta escribir observo mucho a la gente. Aprendo mucho de verlos en los restaurantes o en la calle. O en sus vehìculos cuando los encuentro en la calle. Me gusta verles en sus reacciones y me dan material para escribir. Por eso escribo esto este dìa. Y como en este blog lo hago para pastores, quiero compartir estas lineas con ustedes...
La gente necesita ayuda. Estàn urgidos de ayuda. Necesitan una mano amiga que los levante de donde estàn. Muchos andan en la calle y estàn en las sillas de las iglesias como zombies, sin saber quiènes son y què esperan de la vida. Tienen la mirada perdida y la sonrisa congelada. Socialmente parecen tranquilos pero por dentro puede haber un volcàn a punto de hacer erupciòn. Para eso estamos los pastores. Para leer esos mensajes corporales, inèditos y llevarles una pregunta: "¿Sucede algo?"...
Date cuenta de que todo el mundo tiene múltiples dolores con los que lidiar, estén o no conscientes de ellos. Todos tenemos problemas con nuestra dignidad, planes inconclusos, fracasos, dudas, ineptitudes. Es parte del desafío de vivir la vida.
A pesar del dolor, muchas veces la gente oculta sus verdaderas emociones. No supongas que lo que se ve por fuera siempre es un reflejo del interior. Alguien puede verse fuerte y disciplinado. pero adentro puede estar terriblemente confundido.
Mira detenidamente a la gente e imagínate lo que está ocurriendo en su interior. Date cuenta de que los problemas, sueños y deseos de los demás son igual de reales que los tuyos. Al igual que tú, todos ellos sienten dolor. Concéntrate en esto preguntándote "¿Cuál es su dolor?". Utiliza tu imaginación para sentir cómo esto los puede estar abrumando.
Sé observador. ¿Esta persona está feliz o triste? ¿Es débil o fuerte? ¿Es temerosa o segura de sí misma? Presta atención y podrás compartir sus problemas.
Bien. ¿Y de mì quien se ocupa? diràs tù, mi querido hermano pastor. Bueno. Quien te llamò. Eso es todo. Quien te llamò te equipò. Aquì està la diferencia entre los llamados y los que se autollamaron...
miércoles, 14 de agosto de 2013
SU MENSAJE...
Quizà le parezca extraño que hoy hable de mis crìticos... Bueno, no de ellos precisamente sino de mi. De lo que ellos critican en mi... Sè que los tengo porque envìan comentarios criticando mis mensajes, mi forma de señalar el pecado y mi manera de presentar a la iglesia actual...
Pero ellos no saben que me hacen dos favores: Uno, porque me obligan a refugiarme en el Señor. Solo Èl puede comprender mi vocaciòn. Por eso me defiende. Y Dos, porque me confirman que voy por el camino correcto... "Ladran porque vamos avanzando..."
¿De què estoy hablando? De saber para què fui hecho. De conocer el propòsito de Dios para mi vida. De conocer claramente mi llamado. Y mi llamado en el Reino de Dios es señalar el pecado en las personas. Estèn presentes en el templo u observando nuestro servicio por internet.
Yo no sè cual es su llamado, pastor. Pero usted tiene que tener uno. Recuerde que Dios nos entregò talentos a cada uno de nosotros. No creo que hay algùn pastor a quien Dios haya llamado, lo haya sacado del mundo del trabajo para emplearlo en Su Servicio para que no haga nada. A menos, claro està, que Dios no lo llamò sino se llamò èl mismo. Se autonombrò pastor. O estudiò para hacerse pastor sin siquiera saber cual es su misiòn en la vida...
Como los que van a la universidad, se gradùan y terminan trabajando en lo que no esperaban. Estudiaron, sì, pero nunca supieron su verdadera misiòn. Nunca conocieron su talento. Para què vinieron a este mundo...
Posiblemente usted tiene el ministerio de consejerìa matrimonial. Usted pastorea una congregaciòn orientado a la enseñanza matrimonial. Todo lo que usted ve en la Biblia es matrimonio y familia. Y resulta que lo critican porque solo de eso habla. Sin embargo los miembros de su congregaciòn estàn creciendo, cambiando, madurando y viviendo familias y matrimonios segùn el òrden de Dios.
O talvez usted fue llamado a predicar santidad. Todo lo que usted ve en la Biblia es relativo a la santidad. Sin ser legalista, usted enseña que sin santidad nadie verà a Dios. Y sus fieles estàn creciendo segùn su mensaje. Prepàrese para la crìtica.
Pero tambièn estàn los que fueron llamados a predicar salvaciòn. Salvaciòn por aquì, salvaciòn por allà. Como le dije en una entrevista que me hizo el Pastor Junior: Ustedes son capaces de ver una escoba en una esquina y la convierten... Ese es su mensaje y debemos respetarlo. Para eso fueron llamados.
Què tal si usted fue llamado para predicar prosperidad. Estè listo porque sus detractores diràn que usted solo de dinero habla.
Los que nos critican por nuestro mensaje son los que no tienen mensaje definido. Hacen una ensalada de todo lo que ven y escuchan y no tienen un mensaje definido. No conocen su funciòn en el Cuerpo de Cristo. No saben para què fueron hechos. Y ese es el problema de hoy en la Iglesia. Se ha levantado una generaciòn de pastores que no saben por què estàn allì. Por lo tanto, se enojan cuando alguien predica lo que ellos no pueden predicar... Pero usted, querido lector, no se deje estigmatizar. Usted tiene un mensaje que nadie màs tiene. Si usted fue llamado a predicar Sanidad Divina, hàgalo sin pena. Cumple, dijo Pablo, tu misiòn de evangelista. Evangelista es todo aquel que predica el evangelio en cualquiera de las formas que Jesùs nos ordena a cada uno. Recuerde: Solo Jesùs tuvo los cinco ministerios. Revise el Mensaje de Cristo y verà que Èl predicò toda la gama de mensajes que nosotros hacemos por separado... Y predique tranquilo. Haga sus trabajo y bien, para la Gloria del que lo llamò.
Pero ellos no saben que me hacen dos favores: Uno, porque me obligan a refugiarme en el Señor. Solo Èl puede comprender mi vocaciòn. Por eso me defiende. Y Dos, porque me confirman que voy por el camino correcto... "Ladran porque vamos avanzando..."
¿De què estoy hablando? De saber para què fui hecho. De conocer el propòsito de Dios para mi vida. De conocer claramente mi llamado. Y mi llamado en el Reino de Dios es señalar el pecado en las personas. Estèn presentes en el templo u observando nuestro servicio por internet.
Yo no sè cual es su llamado, pastor. Pero usted tiene que tener uno. Recuerde que Dios nos entregò talentos a cada uno de nosotros. No creo que hay algùn pastor a quien Dios haya llamado, lo haya sacado del mundo del trabajo para emplearlo en Su Servicio para que no haga nada. A menos, claro està, que Dios no lo llamò sino se llamò èl mismo. Se autonombrò pastor. O estudiò para hacerse pastor sin siquiera saber cual es su misiòn en la vida...
Como los que van a la universidad, se gradùan y terminan trabajando en lo que no esperaban. Estudiaron, sì, pero nunca supieron su verdadera misiòn. Nunca conocieron su talento. Para què vinieron a este mundo...
Posiblemente usted tiene el ministerio de consejerìa matrimonial. Usted pastorea una congregaciòn orientado a la enseñanza matrimonial. Todo lo que usted ve en la Biblia es matrimonio y familia. Y resulta que lo critican porque solo de eso habla. Sin embargo los miembros de su congregaciòn estàn creciendo, cambiando, madurando y viviendo familias y matrimonios segùn el òrden de Dios.
O talvez usted fue llamado a predicar santidad. Todo lo que usted ve en la Biblia es relativo a la santidad. Sin ser legalista, usted enseña que sin santidad nadie verà a Dios. Y sus fieles estàn creciendo segùn su mensaje. Prepàrese para la crìtica.
Pero tambièn estàn los que fueron llamados a predicar salvaciòn. Salvaciòn por aquì, salvaciòn por allà. Como le dije en una entrevista que me hizo el Pastor Junior: Ustedes son capaces de ver una escoba en una esquina y la convierten... Ese es su mensaje y debemos respetarlo. Para eso fueron llamados.
Què tal si usted fue llamado para predicar prosperidad. Estè listo porque sus detractores diràn que usted solo de dinero habla.
Los que nos critican por nuestro mensaje son los que no tienen mensaje definido. Hacen una ensalada de todo lo que ven y escuchan y no tienen un mensaje definido. No conocen su funciòn en el Cuerpo de Cristo. No saben para què fueron hechos. Y ese es el problema de hoy en la Iglesia. Se ha levantado una generaciòn de pastores que no saben por què estàn allì. Por lo tanto, se enojan cuando alguien predica lo que ellos no pueden predicar... Pero usted, querido lector, no se deje estigmatizar. Usted tiene un mensaje que nadie màs tiene. Si usted fue llamado a predicar Sanidad Divina, hàgalo sin pena. Cumple, dijo Pablo, tu misiòn de evangelista. Evangelista es todo aquel que predica el evangelio en cualquiera de las formas que Jesùs nos ordena a cada uno. Recuerde: Solo Jesùs tuvo los cinco ministerios. Revise el Mensaje de Cristo y verà que Èl predicò toda la gama de mensajes que nosotros hacemos por separado... Y predique tranquilo. Haga sus trabajo y bien, para la Gloria del que lo llamò.
sábado, 10 de agosto de 2013
LA HUMILDAD DA PODER...
Hola, queridos pastores:
Hoy quiero hablarles de la humildad... Algo tan difìcil de encontrar en nuestros tiempos.
Escuchè de un pastor que le decìa a los servidores de su congregaciòn: "Ustedes no le estàn sirviendo a Dios, ustedes me sirven a mi..." Arrogancia pura. Ignorancia crasa. Soberbia... Falta de humildad. La humildad es un ingrediente necesario y obligatorio para los que estamos al servicio del Rey. Ya lo dijo Jesùs: El que quiera ser grande, hàgase pequeño. Agregò: Yo no he venido a ser servido sino a servir. Claros ejemplos de lo que se espera de nosotros. La Biblia està llena de reyes humildes. Y eso es lo que nosotros debemos perseguir.
No debemos permitir que el orgullo y la arrogancia llenen nuestros corazones y nos hagan perder el rumbo de quienes somos realmente. Por eso le recuerdo cada vez que puedo a mi congregaciòn: "Ustedes son superiores a mi". ¿Por què? Porque ellos me han escogido para que yo sea su pastor. Ellos llegan temprano, dejan sus ofrendas y diezmos en el alfoli para darme el apoyo y que yo sea su maestro y pastor... Ellos merecen todo mi respeto. Si ellos no llegaran a la congregaciòn... ¿A quienes pastorearìa entonces? Piense en esto y verà el enfoque. Gracias a las ovejas yo soy pastor de un rebaño...¿Que tal si un domingo no llegara nadie...?
Vemos de aquí que el propósito de la humildad no es establecer una protección para no intoxicarse con poder; la humildad en sí misma le da poder. ¿Cómo funciona esto?
Humildad no significa falta de autoestima. Tampoco significa denigración de uno mismo. Para el cristianismo, la humildad es un reconocimiento de que hay cosas más importantes en el mundo que mis propios deseos y necesidades. Ser humilde es tener perspectiva. Por muy talentoso y capaz que uno sea, uno es tan sólo una pequeña parte de este gran universo. La persona humilde se da cuenta: Lo que es correcto es infinitamente más valioso que el servirme a mí mismo.
Mientras más humilde sea, mejor líder será. Porque una persona humilde no está interesada en su propio honor, poder y grandeza. Él sirve a quienes está guiando.
Para la ley de Dios, los integrantes del pueblo no son sirvientes del rey; el rey es un sirviente del pueblo. El primer rey de Israel, Saùl, no quería la responsabilidad de ser rey. Porque apenas un rey comienza a disfrutar de los beneficios del poder, ya no está sirviendo solamente al pueblo.
La persona humilde tendrá la confianza de las personas a quienes está guiando, y no les temerá. Hacer lo que es importante para la nación o para el Reino de Dios es todo lo que le importa. Le es irrelevante si es popular o no.
En un nivel personal, esto también aplica a nosotros. Si usted es humilde, entonces vivir de acuerdo a lo que piensa que es correcto será más importante que lo que otros piensen de usted. Una persona humilde no se ve afectada por las presiones o normas sociales. Es más, la humildad es la base de la verdadera independencia.
La arrogancia es una vía rápida hacia la mediocridad. La humildad, por el contrario, pavimenta el camino hacia la grandeza. No es ningún accidente que la Biblia considere a Moises “el más humilde de todos” como el ser humano mas grandioso que haya vivido.
Trabajamos en un Reino que no es nuestro. Es de Dios. Y Èl nos ha dado el privilegio de cuidar de sus ovejas. ¿No fue eso lo que le ordenò a Pedro? "...apacienta MI rebaño..."
viernes, 2 de agosto de 2013
EL FAMOSO DIEZMO...
Algo que es muy difìcil que los cristianos entiendan es el asunto del diezmo. Han estigmatizado tanto esta orden de Dios que se han empobrecido y viven por debajo del nivel de la pobreza. Creen que mientras màs pobres màs santos. Estàn en un terrible error. Y lo peor es que muchos pastores siguen enseñando esto y le estàn robando a las ovejas de Cristo el privilegio de recibir lo que Èl ha prometido...
Dar es un principio universal que sirve, para atacar la lujuria por el dinero. Mi alma quiere màs y màs. Eso dice Proverbios: Dos cosas no se cansan de pedir: El alma y el sepulcro. Entonces, para dominar mi deseo de tener màs de lo que necesito, debo compartir lo que tengo. Especialmente el dinero. Para eso Dios ordenò el diezmo. No seamos hipòcritas y nos escudemos en que eso es de la Ley. Por lògica, todo lo que Dios dice es Ley. Si Èl es Soberano y Rey, su Palabra es Ley...
Busque en su Biblia y verà esta orden: I n d e f e c t i b l e m e n t e... No es sugerencia. Ni consejo. Es un mandamiento, un precepto, un estatuto y un decreto. Todo en una sola palabra...
La enseñanza que les dejo esta semana hace alusión a la idea cristiana de dar como mínimo un 10% del ingreso neto que uno tenga para Dios (Deuteronomio 14:22). 20% es ideal, pero un 10% es satisfactorio.
Al comentar respecto a la repetición de esta palabra en la Biblia, nuestros maestros hacen el siguiente comentario: Una persona debiese dar el 10% de sus ingresos para volverse rico. Dicen que es imposible empobrecer por dar el diezmo, y si no lo crees, ¡pruébalo y verás! Encuentra esto en Malaquìas...
Éste es el único lugar en el que dice que tienes permitido probar a Dios para ver si Él hace lo que dice o no. Intenta dar el 10% de tus ingresos a tu pastor y veras tu dinero crecer. Aparentemente, el concepto es que si utilizas tu dinero de la forma en que Dios quiere, entonces Él va a darte mucho más dinero para que sigas haciendo lo mismo.
El principio general de caridad es como sigue: ¿Qué es más significativo: gastar tu dinero en ti mismo o utilizarlo para ayudar a otros? ¿Qué te dará un placer más profundo y duradero? Sí, podemos bromear y reírnos de ello, pero en realidad, todos saben que dar a otros es lo que nos acompañará eternamente y no la gran casa que construimos o el hermoso auto que conducimos.
Según la visión cristiana, Dios nos da dinero para que lo utilicemos en hacer de Su mundo un lugar mejor. Sí, también debemos disfrutarlo. Pero el verdadero placer del dinero es la oportunidad de utilizarlo para ayudar a otros.
Incluso la mejor inversión que puedas encontrar no será rentable una vez que hayas dejado este mundo, así cómo todos lo haremos algún día. Sólo aquello que inviertas en dar a otros durará realmente por siempre.
Pastores: Ya no le roben a sus ovejas el privilegio de salir de deudas. Ya no les eviten que prosperen. Les remito a lo que dice Juan en su tercera carta: "Amado, yo deseo que seas prosperado en todo..." Asì que si usted tiene una hermana que vende pupusas, Dios desea que sea la pupusera màs pròspera del barrio... si diezma. Si usted tiene en sus sillas algùn zapatero y èste diezma, la promesa le aplica: Serà el zapatero màs pròspero y bendecido de su congregaciòn.
No tenga miedo de hablar del diezmo. Es asunto de Dios y no nuestro...Ademàs està la orden de Jesùs: "...y ensèñenles todo lo que Yo les he enseñado..."
jueves, 1 de agosto de 2013
CAMBIANDO EL MUNDO...
Un joven viendo pasar al Presidente Kennedy en una ocasiòn en las calles de Washington, le gritò: ¿Que hace mi pais por mi? A lo que el presidente le respondiò: ¿Què haces tù por tu pais?
Pastores: Necesitamos cambiar el mundo. Pero no hablo del mundo como el orbe. Hablo de nuestro mundo. Nuestro entorno. Nuestra sociedad. Nuestra congregaciòn...
Lo normal es que las gentes esperen que los que estàn en liderazgo gubernamental cambien las cosas. Hasta la saciedad se ha insistido en que son ellos los que deben cambiar la violencia, las muertes diarias en las calles, los golpes en los hogares y queremos ver un pais en paz... Queremos que lo hagan las autoridades, el Congreso y los diputados...
En una reuniòn que tuvo el Presidente Saca con algunos pastores en su presidencia nos dijo esto: "Pastores, ayùdenme a cambiar la sociedad salvadoreña. Ustedes que tienen la Palabra de Dios y saben como hacerlo, les pido que me ayuden..."
Quizà para algunos pastores alli presentes esa peticiòn estaba fuera de lugar, pero no para mi. Entendì algo. Ellos, los que estan en el gobierno no saben como lidiar con almas... Ellos pueden trabajar las finanzas, relaciones internacionales y un montòn de cosas que no tienen nada que ver con el alma humana. Somos nosotros. Nosotros los padres de familia que tenemos acceso a las costumbres de nuestros hijos. Nosotros los padres y madres de familia que conocemos de cerca las necesidades emocionales y fìsicas de nuestros hijos, esposos y cònyuges. No es el Presidente quien conoce a mi esposa. No es la Primera Dama quien conoce mis necesidades. Es mi pareja...
Y, agàrrese fuerte: No son ellos quienes conocen a las ovejas que pastoreamos. Somos nosotros, los pastores quienes estamos en contacto con las familias por lo menos tres dìas a la semana. Somos nosotros los pastores que estamos en contacto con la juventud de este pais y sabemos secretos que las autoridades desconocen. Somos nosotros, los lìderes que Dios ha levantado para guiar al pueblo a observar una conducta agradable a la sociedad, no los que estàn en el gobierno... ¿Sabe què? Ellos mismos necesitan que sus hijos sean enseñados a vivir pacìficamente... Eso es algo que no se enseña en el colegio. Se enseña en la cuna y en las iglesias. Somos nosotros, los que tenemos acceso a la Palabra de Dios quienes debemos enseñar "ante las canas te pondràs de pie". O que le parece este mandamiento: "No haràs tonsura en tu cabeza". O este otro: "No andaràs chismeando por las casas" Si no me cree, lea Deuteronomio y se convencerà que la Biblia es la que tiene las claves para una sana convivencia, no el ministerio de Educaciòn. Somos nosotros quienes debemos instruìr, enseñar y guiar al rebaño que Dios nos ha encargado para hacer de nuestra congregaciòn mejores personas, mejores ciudadanos y mejores vecinos... Cambiemos, entonces, nuestro mundo...
Pastores: Necesitamos cambiar el mundo. Pero no hablo del mundo como el orbe. Hablo de nuestro mundo. Nuestro entorno. Nuestra sociedad. Nuestra congregaciòn...
Lo normal es que las gentes esperen que los que estàn en liderazgo gubernamental cambien las cosas. Hasta la saciedad se ha insistido en que son ellos los que deben cambiar la violencia, las muertes diarias en las calles, los golpes en los hogares y queremos ver un pais en paz... Queremos que lo hagan las autoridades, el Congreso y los diputados...
En una reuniòn que tuvo el Presidente Saca con algunos pastores en su presidencia nos dijo esto: "Pastores, ayùdenme a cambiar la sociedad salvadoreña. Ustedes que tienen la Palabra de Dios y saben como hacerlo, les pido que me ayuden..."
Quizà para algunos pastores alli presentes esa peticiòn estaba fuera de lugar, pero no para mi. Entendì algo. Ellos, los que estan en el gobierno no saben como lidiar con almas... Ellos pueden trabajar las finanzas, relaciones internacionales y un montòn de cosas que no tienen nada que ver con el alma humana. Somos nosotros. Nosotros los padres de familia que tenemos acceso a las costumbres de nuestros hijos. Nosotros los padres y madres de familia que conocemos de cerca las necesidades emocionales y fìsicas de nuestros hijos, esposos y cònyuges. No es el Presidente quien conoce a mi esposa. No es la Primera Dama quien conoce mis necesidades. Es mi pareja...
Y, agàrrese fuerte: No son ellos quienes conocen a las ovejas que pastoreamos. Somos nosotros, los pastores quienes estamos en contacto con las familias por lo menos tres dìas a la semana. Somos nosotros los pastores que estamos en contacto con la juventud de este pais y sabemos secretos que las autoridades desconocen. Somos nosotros, los lìderes que Dios ha levantado para guiar al pueblo a observar una conducta agradable a la sociedad, no los que estàn en el gobierno... ¿Sabe què? Ellos mismos necesitan que sus hijos sean enseñados a vivir pacìficamente... Eso es algo que no se enseña en el colegio. Se enseña en la cuna y en las iglesias. Somos nosotros, los que tenemos acceso a la Palabra de Dios quienes debemos enseñar "ante las canas te pondràs de pie". O que le parece este mandamiento: "No haràs tonsura en tu cabeza". O este otro: "No andaràs chismeando por las casas" Si no me cree, lea Deuteronomio y se convencerà que la Biblia es la que tiene las claves para una sana convivencia, no el ministerio de Educaciòn. Somos nosotros quienes debemos instruìr, enseñar y guiar al rebaño que Dios nos ha encargado para hacer de nuestra congregaciòn mejores personas, mejores ciudadanos y mejores vecinos... Cambiemos, entonces, nuestro mundo...
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