lunes, 22 de abril de 2013

QUERIDO PASTOR...


Hace unos días  reunido con un grupo de pastores, escuché de boca de uno de ellos que había recibido una carta amenazadora de parte de un maleante de los que abundan hoy en dìa...

En esa carta le prohibe que llegue a predicar a su iglesia ubicada en un cantón del paìs.

El pastor, con una serenidad asombrosa nos pidió a todos los presentes que oráramos por èl. Que lo cubramos en oración para que el Señor le de fuerzas y fe para no dejar de predicar la Palabra a su querida congregación.

Me asombró la tranquilidad que el pastor mostrò en aquellos momentos. Como que uno se empieza a acostumbrar a ese tipo de amenazas y ya no importa correr cualquier riesgo con tal de cumplir el llamado del Señor. Si Dios conmigo, nos dijo, quien contra mi... Valiente. Esforzado. Arriesgado. Y muchas cosas más. Admirable, diría yo...

Y claro, que sì, querido pastor. Estaré orando por usted para que el Señor lo guarde y lo proteja de todo mal.

También quiero dejarle la historia de Josè. El que estuvo preso en Egipto por culpa de una mujer que lo asediaba y lo amenazò ante el esposo. Este lìder no tuvo temor a la verdad. Se arriesgò lo suficiente y negarse a la peticiòn de aquella perversa le costò el descrèdito momentàneo y la càrcel. Pero dice la Biblia que Dios estaba con èl... Sì, con èl, aùn en la càrcel. Allì Dios lo respaldò y le puso gracia ante el carcelero quien lo tratò con cordialidad y le puso a cargo de todo el recinto. Usted sabe la historia, allì conociò a quièn años màs adelante le servirìa como puente para llegar a cumplir el rol que Dios tenìa preparado para este valiente joven: Ser el ministro de finanzas de aquella poderosa naciòn...

Hoy, con usted y con miles como usted, se repite la historia... ¿Què planes tendrá Dios para usted que Satanás quiere estorbarlos? ¿Què maravillas tiene preparadas Dios para su ministerio que el Diablo quiere callarle la boca?

Como José en Egipto, usted en su pueblo tiene un lugar donde nadie más que usted puede llegar. Así que adelante. No se amilane que un grupo de amigos y hermanos que nos reunimos los viernes estamos detrás de bambalinas para apoyarle y darle nuestra diestra de compañerismo...

Siga adelante, querido hermano, siga adelante que Dios ha prometido estar con usted todos los días .. no importa si un delincuente se atreve a amenazarlo... Y, como el rey Josafat, ponga esa carta delante del Señor y dìgale que la lea.  Èl sabrà què hacer en su momento...

Que el Señor le bendiga...

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