lunes, 9 de diciembre de 2013

TRES COSAS...

Todo tiene su precio en esta vida. Todo...

Y ademàs de esto, no podemos tenerlo todo. Hay que sacrificar algo por algo.

Por ejemplo:

1.- Un buen matrimonio cuesta mucho lograrlo. Requiere sacrificio. Làgrimas. Autonegaciòn. Privarse de algunas cosas para lograr otras. Un buen matrimonio, especialmente entre pastores, va a exigir mucho respeto entre la pareja. Darle la razòn al otro aùn cuando no la tenga. Humillarse constantemente para aceptar que si queremos vivir juntos debemos ceder ante las peticiones del otro aunque no estemos de acuerdo. Es reportar donde y con quien estamos. Para los hombres dejar el machismo por un lado y para las mujeres, aceptar que deben sujetarse a sus esposos. No porque sean pastores, sino para lograr ser pastores...

Ser pastores de seminario es fàcil. Se estudian un par de años, se ganan las materias, se cumple el pènsum y listo. Usted ya es pastor. Eso le dicen sus maestros... Pero, ¿què dice el Señor? ¡Ah! eso es otra cosa. Y es lo que verdaderamente vale. Lamentablemente la iglesia està llena de pastores de seminario. No han doblegado su cerviz ante una mujer que exige tiempo, dinero, amor, respeto, cariño, caricias, cuidado de la casa, cuidado cuando està enferma, ayuda cuando los niños no le dejan tiempo, un cafè por aquì y otro por allà. Regalos de cumpleaños y de aniversario. Explicaciones de con quièn anda y con quien estaba hablando "tan de cerquita en la iglesia"... Eso no se lo enseñaron en el colegio de teologìa. Eso se aprende en el camino. Eso es lo que le da valor a su ministerio.

2.- Hijos. Sus hijos, querido pastor, deben ser preparados para ser modelos desde la cuna. A sus hijos se les estigmatiza desde que van a la sala cuna. Por ser hijos de los pastores se espera que sean modelo de conducta. Ya lo dijo el apòstol: Que sepan tener en orden a sus hijos... Pero eso depende de sus primeros años. Y depende de còmo su esposa le ayude en esa misiòn. Si ambos no estàn de acuerdo en educar, corregir e instruìr a sus hijos en los caminos del ministerio... sufrirán vergüenzas ante sus ovejas y su autoridad a la hora de enseñar principios de disciplina en el hogar se verà menguada... Eso tampoco se lo enseñaron en el instituto. Lo engañaron si le dijeron que saque su diploma y ya. Error. Este es un precio muy elevado a pagar si realmente usted quiere un ministerio pastoral de respeto...

3.- Amigos. Usted ya no puede hablar con prepotencia. No puede andar contando chistes del gobierno. No puede hablar mal de la gente. No puede andar con amigos en las esquinas ni jugando al futbol los sábados en la tarde, no puede juntarse con ellos despuès del culto y comerse una hamburguesa en las cafeterias nocturnas dejando abandonada a su familia. Por su rango y posiciòn de pastor y maestro, a usted le està prohibido andar con hombres màs jòvenes que usted, lo pueden acusar de pervertir muchachos o hasta de homosexual. Mucho menos puede andar con jovencitas que no tienen nada que hablar con usted. Para eso està su esposa. Este precio tambièn hay que pagarlo si desea tener un prestigio ministerial de altura, que dignifique su trabajo y que el Señor sea honrado a traves de usted...

Tres cosas que son carísimas. Muchos conocidos míos no han querido pagar este precio y han visto disminuir sus ministerios aparatosamente. Se olvidan que lo que se enseña primero hay que vivirlo... Todo tiene un precio, querido pastor... todo.

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